miércoles, 20 de marzo de 2019

Democrito

Demócrito
fue tan famoso en su época como lo serían otros filósofos de la importancia de Platón o de Aristóteles y debió de ser uno de los autores más prolíficos de la Antigüedad. Diógenes Laerciole atribuyó multitud de libros, y Cicerón alabó su estilo. Desgraciadamente, todas sus obras se han perdido; solamente nos han llegado fragmentos de algunas de ellas, en su mayoría de las dedicadas a la ética, pese a que se le atribuyeron diversos tratados de física, matemáticas, música y cuestiones técnicas.
Demócrito era algo más joven que su famoso conciudadano Protágoras, con el que solía conversar, y falleció según fuentes autorizadas hacia los cien años de edad. Realizó al parecer largos viajes de estudio por Egipto y Asia; sin embargo, nada sabemos con certeza de ello, ni tampoco en cuanto a sus relaciones con los seguidores de Pitágoras, con el ambiente ateniense y con el célebre médico Hipócrates, puesto que las fuentes antiguas sólo nos han transmitido acerca de Demócrito las acostumbradas fantasías. La tradición lo retrata, en oposición a Heráclito, como el filósofo que se ríe de las locuras humanas, lo cual acaso se deba a la serenidad y facilidad de adaptación manifestadas por Demócrito en su ética.
En ocasiones se ha señalado a Demócrito como el fundador del atomismo, negando incluso la existencia de su verdadero creador, Leucipo. En realidad, Demócrito desarrolló la doctrina atomista de su maestro Leucipo, quien había formulado ya sus principios fundamentales, e incluso es probable que, en tal desarrollo, existiese una colaboración intelectual entre ambos.
El atomismo de Demócrito
Según la doctrina atomista, el universo está constituido por innumerables corpúsculos o átomos de magnitud imperceptible y sustancialmente idénticos, indivisibles («átomo» significa, en griego, inseparable), ingenerados, eternos e indestructibles, que se encuentran en movimiento en el vacío infinito y difieren entre sí únicamente en cuanto a sus dimensiones, su forma y su posición. A diferencia, pues, de las homeomerías de Anaxágoras, todos los átomos son cualitativamente idénticos.
La inmutabilidad de los átomos se explica por su solidez interior, sin vacío alguno, ya que todo proceso de separación se entiende producido por la posibilidad de penetrar, como con un cuchillo, en los espacios vacíos de un cuerpo; cualquier cosa sería infinitamente dura sin el vacío, el cual es condición de posibilidad del movimiento de las cosas existentes.
Para Demócrito, todo cuanto hay en la naturaleza es combinación de átomos y vacío: los átomos se mueven de una forma natural e inherente a ellos y, en su movimiento, chocan entre sí y se combinan cuando sus formas y demás características lo permiten; las disposiciones que los átomos adoptan y los cambios que experimentan están regidos por un orden causal necesario.
En el universo, las colisiones entre átomos dan lugar a la formación de torbellinos a partir de los que se generan los diferentes mundos, entre los cuales algunos se encuentran en proceso de formación, mientras que otros están en vías de desaparecer. Los seres vivos se desarrollan a partir del cieno primitivo por la acción del calor, relacionado con la vida como también lo está el fuego; de hecho, los átomos del fuego y los del alma son de naturaleza similar, más pequeños y redondeados que los demás.
La ética de Demócrito se basa en el equilibrio interno, conseguido mediante el control de las pasiones por el saber y la prudencia, sin el recurso a ninguna idea de justicia o de naturaleza que se sustraiga a la interacción de los átomos en el vacío. Según Demócrito, la aspiración natural de todo individuo no es tanto el placer como la tranquilidad de espíritu (eutimia); el placer debe elegirse y el dolor, evitarse, pero en la correcta discriminación de los placeres radica la verdadera felicidad.

Empedocles


                       Empedocles
Filósofo, estadista y poeta griego Materias: Medicina, filosofía, poesía...
Aportación: Teoría de los cuatro elementos Era: Filosofía presocrática
Nació el 495 a.C. en Agrigento, Grecia.
Hijo de Meto, que participó en el derrocamiento del tirano Trasideo.
Fue discípulo de Pitágoras y Parménides, llegaría a convertirse en uno de los humanistas más importantes de la antigüedad.Autor de una teoría sobre el origen del mundo material llamada teoría de los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra). Además postuló que los mismos están relacionados a través del Amor (Eros) y el Odio (Polemos) que serían los principios de atracción y repulsión que dominan alternativamente el curso del universo, en un ciclo siempre repetido. Entre sus escritos destacaron dos poemas: Sobre la naturaleza de los seres y Las purificaciones. El primero trata sobre el mundo natural tal como su autor lo entendía, desde su fisiología hasta su movimiento. El segundo es un escrito religioso, donde narró el camino de un alma que por medio de la purificación retornó al lugar al que pertenecía. Fue orador y médico, y varios autores alabaron su talento a la hora de curar enfermedades. Según se cree, Empédocles rechazó aceptar la corona ofrecida por el pueblo de Agrigentum después de haber colaborado para librarle de la oligarquía gobernante. En su lugar instituyó una democracia. Así mismo tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la escuela de medicina de Sicilia y al parecer salvó a la ciudad de Sileno de una plaga. Una leyenda explica que, cansado de la vida y de que la gente no creyera en su carácter divino, se suicidó el 430 a.C. saltando al cráter del volcán Etna.

Anaxágoras

                          Anaxágoras
(Clazómenas, actual Turquía, 500 a.C. - Lámpsaco, id., 428 a.C.) Filósofo griego. Junto con Empédocles y Demócrito, es el principal representante del eclecticismo pluralista que intentó conciliar las tesis contrapuestas de las dos grandes figuras de la filosofía presocrática, Parménides y Heráclito. Anaxágoras postuló como arjé o principio constitutivo de las cosas una pluralidad de partículas materiales inmutables, las homeomerías, que, por acción de un nous o inteligencia ordenadora, pasaron de un caos original a constituir la multiplicidad de seres observables en el mundo físico.
Anaxágoras de Clazomene
Nacido en Clazómenas, ciudad griega del Asia Menor fundada por unos refugiados de Mileto, Anaxágoras se trasladó en su juventud a Atenas, donde residiría por espacio de unos treinta años. Allí se dedicó a la enseñanza (se dice que entre sus discípulos figuraron el gran estadista Pericles y el dramaturgo Eurípides, y tal vez Sócrates), y gozó de la protección de Pericles cuando éste pasó a dirigir los destinos de la ciudad.
Por una acusación promovida por Cleón, Anaxágoras fue sometido a un proceso de impiedad a causa de ciertas atrevidas teorías astronómicas. Afirmaba, entre otras cosas, que el Sol no era un dios, sino una masa de fuego incandescente, y que era más grande que el Peloponeso (en sus explicaciones acerca del origen de los astros, por otra parte, se ha podido ver casi una anticipación a las hipótesis de Kant y de Laplace).

Según los testimonios de la época, sin embargo, la motivación real del proceso fue su afinidad con Pericles. Condenado a muerte, Anaxágoras buscó la salvación en la fuga, ayudado por Pericles, y se trasladó a Lámpsaco, donde abrió una nueva escuela y falleció unos años más tarde. Anaxágoras de Clazomene expuso sus ideas en la obra Sobre la naturaleza, de la que sólo se conservan algunos fragmentos; pero poseemos los resúmenes y comentarios a sus doctrinas trazados por Platón, Aristóteles y Teofrasto, entre otros.
La filosofía de Anaxágoras
El pensamiento de Anaxágoras se sitúa dentro de aquella amplia corriente de esfuerzos por determinar un principio constitutivo y originario (arjé o arché) común a la variedad de seres del mundo físico que caracterizó a la filosofía griega desde sus orígenes, es decir, desde la escuela milesia (siglo VI a.C.). Los milesios habían planteado ya diversas hipótesis sobre cuál podría ser tal principio: el agua según Tales de Mileto, el ápeiron de Anaximandro, el aire según Anaxímenes. En su posterior desarrollo, estas reflexiones se enriquecerían con nuevas perspectivas y acabarían conduciendo a las visones antagónicas de la realidad que sostuvieron Parménides y Heráclito.
En este contexto, los eclécticos y los pluralistas intentaron combinar en un sistema único ambas concepciones, es decir, la inmutabilidad del ser de Parménides y el eterno devenir de Heráclito. Empédocles explicó la constitución de los seres desde el punto de vista cuantitativo. Para Empédocles, los seres están formados por una combinación de los «cuatro elementos» (agua, aire, tierra, fuego) en distintas proporciones; la amplia variedad posible de proporciones da lugar a la multiplicidad de los seres, pero los cuatro elementos que los forman permanecen inmutables en el perpetuo devenir del universo, es decir, en la incesante sucesión de cambios y transformaciones.

Tales de Mileto

Tales de Mileto

(Mileto, actual Turquía, 624 a.C. - 548 a.C.) Filósofo y matemático griego. Iniciador de la escuela de Mileto, la primera de las escuelas filosóficas de la antigua Grecia, es considerado el primer filósofo por su aspiración a establecer una explicación racional de los fenómenos de la naturaleza, trascendiendo el tradicional enfoque mitológico que había caracterizado la cultura griega arcaica. Tales fue el primero que sostuvo la existencia de un arjé, es decir, de un principio constitutivo y originario común a todas las cosas, que identificó con el agua; inauguró con ello un tema recurrente en la filosofía presocrática y de vastas implicaciones en la tradición filosófica occidental.
Tales de Mileto
La rica y próspera ciudad griega de Mileto, en la costa de la actual Turquía, fue la cuna del pensamiento occidental; en ella se desarrolló, a lo largo del siglo VI antes de Cristo, la actividad de los filósofos milesios, es decir, originarios de Mileto: Tales, Anaximandro y Anaxímenes. El paso del mito al logos, a la razón, señala el comienzo de los filosofía. Y los filósofos milesios fueron, en efecto, los primeros en prescindir de las explicaciones mitológicas y religiosas de los fenómenos (los rayos son producto de la cólera de Zeus, la peste es un castigo de los dioses) y en dar respuestas racionales a las cuestiones. No por ello debemos percibir a los milesios como filósofos en el sentido moderno del término, sino más bien como sabios interdisciplinares, interesados en lo que actualmente serían campos diversos de la filosofía, la ciencia o la técnica, como la astronomía, las matemáticas o la ingeniería.
La cuestión filosófica que más ocupó a los pensadores de Mileto fue la del arjé (o arché), palabra que puede traducirse como «principio» en su doble sentido: como principio constitutivo (aquello de que están hechas las cosas) y como principio originario (aquello de lo que proceden todas las cosas). Es obvio que la fisis, la naturaleza o universo físico, es un conjunto de seres de muy diversa índole; pese a ello, Tales y los filósofos milesios supusieron que existía un principio constitutivo único, una sustancia común a toda esta multiplicidad de seres. Pero a la hora de determinar cuál podía ser este primer principio, cada uno de los pensadores de la escuela milesia dio una respuesta distinta: para Tales de Mileto el arjé es el agua; para Anaximandro, el ápeiron, lo indefinido; para Anaxímenes, el aire.
La disparidad y lo que hoy nos parece escasa fundamentación de las respuestas no puede socavar la trascendencia de estas aportaciones en la medida en que suponen el inicio de una actitud racional, es decir, filosófica. En este sentido, Tales representa el primer intento de dar una explicación razonada del universo, introduciendo una hipótesis que permitía explicar su origen y su composición y dar cuenta de la múltiple variedad de seres y fenómenos. Es imposible reconstruir su pensamiento con precisión, porque, aunque se le atribuyen algunas obras, no nos han llegado ni siquiera fragmentos de ellas, ni tampoco es seguro que escribiera alguna; sólo disponemos de los breves resúmenes y comentarios a su filosofía trazados por autores posteriores.
El genio griego se inclinaba a la observación y a la especulación (no así a la experimentación, base de la ciencia moderna que se inicia en Galileo), por lo que cabe la posibilidad de que Tales partiera de la observación de las transformaciones que la materia puede experimentar: el tronco arde y se convierte en cenizas, el mosto de uva fermenta y deviene vino, de ciertas rocas extraemos metales, los seres vivos se descomponen al morir. Tal observación pudo conducirle a suponer que cualquier sustancia puede transformarse en otra, y que ello era posible porque todas las sustancias eran simplemente aspectos diversos de una misma materia; es decir, todas procedían y estaban formadas por un principio común, el arjé.
Quedaba entonces determinar cuál era entonces ese principio constitutivo. Para Tales de Mileto, el arjé es el agua: todo nace del agua, la cual es el elemento básico del que están hechas todas las cosas. Aunque tampoco conocemos con certeza las razones que le llevaron a establecer el agua como arjé, sus comentaristas coinciden en aventurar algunas. El agua es la materia que se encuentra en mayor cantidad, rodea la tierra y corre a través de los continentes; impregna la atmósfera en forma de vapor, que es aire, nubes y éter, y del agua se forman los cuerpos sólidos al condensarse; por carecer de determinaciones (estado, forma, color, olor), es apta para determinarse. El agua, por otra parte, es condición necesaria de lo vivo: hace germinar las semillas y es imprescindible para las plantas y los animales, hasta el punto de que la vida no es posible sin ella. La Tierra, para Tales, era un disco plano que flota en un océano infinito, cubierto por la semiesfera celeste.
La existencia de un primer principio fue asumida por los filósofos posteriores, a pesar de que, como ya se ha indicado, no aceptasen que el agua fuera tal elemento. Lo importante de la tesis de Tales es la consideración de que todos los seres se constituyen a partir de un principio, sea el agua, sea cualquier otro. Y el hecho de buscarlo de una forma racional, de extraerlo de una serie de observaciones y deducciones, es lo que ha valido a Tales el título de «padre de la filosofía». La cuestión del arjé, en efecto, seguiría siendo tratada no sólo por sus discípulos de la escuela de Mileto (Anaximandro y Anaxímenes), sino también por otros destacados pensadores de la floreciente filosofía griega, como PitágorasJenófanes de ColofónParménidesHeráclitoEmpédoclesAnaxágorasLeucipo o Demócrito, hasta convertirse en uno de los motivos centrales de la filosofía presocrática, es decir, de la anterior a Sócrates.
Para calibrar la importancia de la aportación de Tales debe tenerse en cuenta, además, que la noción misma de arjé envuelve una serie de consecuencias que irían explicitándose a lo largo del periodo presocrático y en las que reconocemos temas fundamentales de la filosofía occidental. Así, por un lado, la existencia de un principio constitutivo común implica que la multiplicidad de seres que observamos en la naturaleza es sólo aparente; en consecuencia, el testimonio de los sentidos no es fiable. Por otra parte, tal principio constitutivo es una esencia inmutable y eterna, propiedades que no se manifiestan en la continua transformación de los seres individuales y que sólo pueden ser aprehendidas por la razón, único instrumento que permite discernir lo verdadero de lo aparente.
Un sabio legendario
De la vida de Tales de Mileto nos han llegado datos y anécdotas dispersas de imposible verificación. Al parecer, en su juventud viajó a Egipto, donde aprendió geometría de los sacerdotes de Menfis, y calculó la altura de la pirámides por la longitud de sus sombras. También estudió astronomía, que posteriormente enseñaría con el nombre de astrosofía; el historiador Herodoto afirma que predijo un eclipse acaecido en el año 585 a.C. De vuelta a Mileto dirigió una escuela de náutica, construyó un canal para desviar las aguas del Halis y dio acertados consejos políticos a los gobernantes.
En geometría, y en base a los conocimientos adquiridos en Egipto, Tales de Mileto elaboró un conjunto de teoremas generales y de razonamientos deductivos a partir de los primeros. Todo ello fue recopilado posteriormente por Euclides en su obra Elementos, pero se debe a Tales el mérito de haber introducido en Grecia el interés por los estudios geométricos. Son muy numerosas (seguramente demasiadas) las aportaciones que se le atribuyen, probablemente por el inmenso prestigio de que gozó ya en la Antigüedad: junto con el legislador Solón y otros nombres menos conocidos, figuró siempre como el primero de los «siete sabios de Grecia».
En líneas generales, sin embargo, no cabe confiar demasiado en las informaciones de que disponemos; de hecho, las distintas fuentes no coinciden ni siquiera en su personalidad. Cuenta Platón que, andando absorto en la contemplación del firmamento, Tales cayó en un pozo y fue por ello blanco de las burlas de una criada; pero esta tópica e improbable imagen de sabio distraído contrasta con las anécdotas que lo caracterizan como un hombre práctico y realista. Aristótelesrefiere que, gracias a sus conocimientos astronómicos, Tales supo que habría una buena cosecha de aceitunas; por poco dinero alquiló en invierno cuantos molinos pudo, y llegado el momento de la cosecha, ante la fuerte demanda, realquiló los molinos al precio que quiso, obteniendo grandes beneficios. Con ello habría querido probar que el saber es útil, y que si los filósofos no son ricos es porque se interesan más por el saber que por el dinero.

Anaximandro

Anaximandro

(Mileto, hoy desaparecida, actual Turquía, 610 a.C. - id., 545 a.C.) Filósofo, geómetra y astrónomo griego. Como los restantes filósofos de Mileto, ciudad griega en que surgió la primera escuela filosófica de la historia del pensamiento occidental, Anaximandro de Mileto supuso la existencia de un arjé o principio constitutivo y originario común a todos los seres de la naturaleza. Pero a diferencia de sus compañeros de escuela, que identificaron el arjé con una sustancia física (el agua en Tales de Mileto, el aire en Anaxímenes), Anaximandro estableció como primer principio el ápeiron, término que puede traducirse como «lo indeterminado» o «lo indefinido».

Anaximandro de Mileto
Discípulo de Tales de Mileto, Anaximandro fue miembro de la escuela de Mileto, y sucedió a Tales en la dirección de la misma. Según parece, también fue un activo ciudadano de Mileto, y condujo una expedición a Apolonia (Mar Negro). Como político desempeñó cargos importantes y le fue confiada la misión de limitar la natalidad en Apolonia, una de las muchas colonias que debían resolver el problema de la superpoblación de las ciudades jónicas. Sus conciudadanos le erigieron, en reconocimiento a sus méritos políticos, una estatua que recientemente ha sido descubierta en las excavaciones de Mileto.
Anaximandro se dedicó a múltiples investigaciones. A su nombre ha quedado unida la confección del primer mapa de la Tierra, elaborado a partir de los mapas y noticias de los mercaderes griegos, que sería perfeccionado más tarde por Hecateo y del cual se sirvió Herodoto. Anaximandro imaginaba la Tierra como un cilindro inmóvil, contra la opinión general que la consideraba aplastada. También se le atribuyen otros trabajos, como la fijación de los equinoccios y los solsticios y el cálculo de las distancias y los tamaños de las estrellas, así como la elaboración de un reloj de sol y de una esfera celeste, entre otras aportaciones.
No menos asombrosas son las elucubraciones de Anaximandro sobre el origen de los seres vivos y del hombre. Todos proceden del fenómeno húmedo (la tierra en un principio era líquida, y por el proceso de disociación, lo húmedo dio lugar a lo viviente). El hombre tuvo como primeros antepasados a los peces y luego a otros animales primitivos. Con razón, por lo tanto, podría ser considerado como el primer cosmólogo y como el antecesor (aunque sin ningún apoyo en evidencias científicas) de la moderna teoría de la evolución.
La filosofía de Anaximandro
Anaximandro de Mileto fue también el primer pensador griego que puso en prosa sus reflexiones filosóficas. Su tratado Sobre la naturaleza debió ser una de las más notables tentativas de sistematización de lo real anterior a Aristóteles; sólo ha llegado hasta nosotros un fragmento, pero algunas noticias de Aristóteles y de Simplicio permiten reconstruir, al menos en parte, la doctrina del autor.
En su filosofía, Anaximandro coincide con Tales de Mileto en defender que existe un solo principio básico (arjé o arché) como generador de todas las cosas, al que Anaximandro llamó ápeiron (lo indefinido o indeterminado): una sustancia indeterminada, ilimitada e infinita, que es a la par eterna. Sólo el ápeiron es incorruptible e imperecedero. Todos los seres del universo se derivan de él y están sujetos a nacimiento y desaparición por la fuerza de los contrarios presentes en ellos: caliente y frío, húmedo y seco, etc.
En su intento de determinar el principio primero, Anaximandro sigue la constante de los demás filósofos milesios, pero es preciso subrayar que en lugar de hallar este principio en una naturaleza finita (el agua, según Tales, o el aire, según Anaxímenes), Anaximandro lo ve en algo (el ápeiron) que no es percibido por la experiencia, sino que ha de postularse como causa permanente y trascendente del acontecer del mundo empírico; algo indefinible en el espacio y en el tiempo que es causa y principio de las cosas perecederas y definidas, las cuales están destinadas a disolverse de nuevo en el ápeiron. La novedad de Anaximandro, en cuya doctrina quedan, sin embargo, muchos detalles oscuros, consiste en haber buscado el principio infinito de las cosas finitas fuera de las materias que son objeto de nuestra experiencia.

Parménides de Elea

                Parménides de Elea

Nació entre el año 530 y 515 A.C, justamente en la ciudad griega de Elea, de ahí su denominación.


El pensamiento de Pármenides se presenta como una revelación divina que se divide en dos partes, por un lado, la vía de la verdad, la cual se aboca a aquello que es, del ente, más precisamente. Allí expone diferentes argumentos que manifiestan sus atributos; al ser ajeno a la generación y por tanto indestructible es lo único que se puede confirmar como existente y sin cambio.


Y por otra parte, en la vía de las opiniones de los mortales, Parménides se ocupa de asuntos tales como la constitución y la ubicación de los astros, de los fenómenos meteorológicos y geográficos y el origen del hombre, lo que se dice una auténtica y completa doctrina de cosmología.


Maestros y alumnos con los que se convierte en referente de la Escuela Eleática


En lo que respecta a sus propios maestros se destaca Jenófanes, quien nace en Colofón, en Asia Menor, quien abandona su tierra natal hacía el año 545 A.C. y decide asentarse en Grecia primero y luego en Sicilia.
Primero se establece en Elea y eso nos hace presumir su cercanía con Parménides.


Le gustaba satirizar las creencias politeístas de su tiempo, de los poetas y de sus contemporáneos,
También gustaba de reírse de las características que se les atribuían a las deidades.
En uno de sus dichos más famosos afirmó: que si los bueyes pudiesen pintar o esculpir representarían dioses que pareciesen bueyes.


Él fue el auténtico iniciador de la escuela eleática, que abordaremos más adelante, y que supieron continuar primero Parménides y luego Zenón de Elea.


En tanto, su pensamiento fue el punto de partida de lo que se conoció como Escuela Eleática, cuya figura saliente fue Zenón de Elea, quien se ocupó especialmente de estudiar la posibilidad del movimiento, algo que Parménides descartaba de plano y consideraba incompatible con el ente.


Zenón fue discípulo de Parménides y también tuvo el orgullo de ser denominado de Elea, como su maestro, y como consecuencia de su origen. Fue un férreo defensor de la tesis que proponía su maestro y habría vivido entre los años 490 y 430 A.C.
No propuso ninguna doctrina propia sino que se ocupó incansablemente de defender a su maestro y de tomar y continuar el camino empezado por este.
En este sentido es que se ocupó especialmente de contrarrestar todo aquello que planteaba una contra a las tesis de Parménides.


Integró la llamada escuela eleática, tal como se denominó a la enseñanza filosófica presocrática que tuvo su momento de gran consideración allá por los siglo V y VI.


Su nombre no es caprichoso sino que tiene que ver con el origen de dos sus referentes más importantes como fueron Parménides y su alumno Zenón.


Estos se opusieron a la filosofía materialista que promovieron los milesios y a la propuesta del filósofo Heráclito.


Principales propuestas de la escuela eleática


Sostenían que el universo es esencialmente una unidad que no muta; no existe el tiempo y que además se encuentra más allá de cualquier conocimiento humano que provenga de los sentidos, porque estos suelen engañarnos.
Por caso es que proponen a la reflexión como única manera de alcanzar la verdad última de las cosas.
Lo que llega a través de los sentidos normalmente nos ofrece una visión limitada y distorsionada de la realidad y por ello es que desconfía y privilegia a la reflexión y la razón.


Aunque no solo de filosofía vive el hombre y ello, en lo que se logró saber acerca de Parménides se puede comprobar, ya que además de dedicarse al cultivo del conocimiento y del porqué de las cosas, Parménides, desplegó un destacado papel en la vida política de su ciudad natal, organizándola y además dotándola de un cuerpo de leyes que serían notables a la hora de materializar tal organización.


Anaximenes

  Anaxímenes 

Nació en el año 585 a.C. en la ciudad de Mileto, localizada en la península de Anatolia, en Asia menor. Vivió toda su vida en ella, antes de que ésta fuese destruida.

La mayoría de detalles relacionados con la vida de Anaxímenes son desconocidos hoy en día. No obstante, según el historiador Apolodoro de Atenas, Anaxímenes de Mileto vivió durante la época del asedio de Sardes y falleció aproximadamente en el año 524 a.C.

De Anaxímenes se conoce que fue discípulo de Anaximandro y que perteneció a la escuela Jónica o escuela de Mileto.

El filósofo Teofrasto lo describiría en su obra no solo como el discípulo, sino también como el compañero de Anaximandro. Se calcula que Anaxímenes era 22 años más joven que Anaximandro.

Anaxímenes y el Aire – Arjé

También se sabe que él fue el primer filosofo en plantear la importante teoría del arjé o arché, que afirma la existencia de un principio material original del cual se desprende la aparición de todas las cosas. Para Anaxímenes, el arje era el aire.

Gracias a la teoría del arjé, Anaxímenes propuso conceptos físicos fundamentales, como los diferentes estados de la materia (rarefacción y condensación).  Estos conceptos le permitieron explicar las modalidades de movimiento cuantitativo y cualitativo que daban origen a todos los cambios de la naturaleza.

Para Anaxíemens, la condensación del aire permitía la formación de nubes, las cuales darían origen al agua. A su vez, el agua construye el hielo, las piedras y la tierra. Por otro lado, el calentamiento del aire da origen al fuego.

Su afán por defender su teoría sobre el origen de la materia, lo llevó a discrepar de los primeros principios planteados por tales de Mileto y Anaximandro

Heráclito

Heráclito

Escuela: Jónica
Campos: Metafísica, epistemología, ética, política, cosmología
Influencias: Pitágoras, Anaximandro, Jenófanes...
Nació sobre el 535 a. C. en Éfeso, entonces parte del Imperio Persa.
Hijo de Blisón, perteneciente a una vieja familia aristocrática.
Considerado autodidacta y pionero de la sabiduría. Su obra es aforística y sus ideas derivan de la escuela jónica de la filosofía griega, fue llamado El Oscuro de Éfeso a causa de su vida solitaria y a la oscuridad y misantropía de su filosofía, está considerado uno de los iniciadores de la metafísica griega.
Fue crítico con las ceremonias de la religión popular de su tiempo y pensaba en el fuego como sustancia primordial creadora de los fenómenos del mundo sensible.
Incorporó el concepto de "devenir" considerándolo una realidad básica subyacente a todas las cosas. Afirmaba que el fundamento de todas las cosas está en un cambio incesante. Todo se transforma en un proceso de nacimiento y destrucción al que nada escapa.
Sostenía que una persona no podía bañarse dos veces en el mismo río y que la virtud consiste en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y universal.
Parece ser que escribió un solo libro hoy perdido, De la naturaleza, dividido en tres secciones: “Sobre el universo”, “La política” y “La teología”.
Hacia el final de su vida se retiró a los montes donde se alimentó de hierbas y plantas, a causa de lo que enfermó de hidropesía y tuvo que volver a la ciudad.
Preguntó a los médicos de forma enigmática si podrían hacer de la lluvia una sequía. Como estos no lo entendiesen, se enterró a sí mismo en un estercolero, esperando que el calor del estiércol le absorbiera la humedad.
Heráclito murió hacia el 475 a. C

Heródoto

                             Heródoto
Nacido alrededor del 484 antes de Cristo en Asia Menor, en la antigua colonia griega.
 Heródoto fue bautizado como "el padre de la historia" por Cicerón. Y aunque desde entonces muchos han sido los sabios y entendidos que han rebatido tal afirmación, afirmando que la obra del griego está llena de invenciones y precisiones, muchos le siguen considerando como tal. Otros apuntan a su sucesor, Tucídides, como el primer historiógrafo auténtico. Sea como fuere, desde luego es innegable que fue el de Halicarnaso el primero en decidirse a escribir sobre los hechos de sus antepasados y de sus contemporáneos, y dejando constancia escrita de las grandes gentes de sus antecesores. Una investigación de los hechos para discernir lo correcto de lo incorrecto. Y eso parece ser la historia.

La biografía de Heródoto está llena de imprecisiones y vacíos, y gran parte de ella se ha deducido a través de sus propios escritos. Tal vez fuera hijo de unos tales Lixes y Drio, que tuvieron a su hijo en unos convulsos tiempos, cuando el persa Jerjes estaba a punto de descargar su mazo contra la Grecia de las polis.
Años más tarde Heródoto desafía al parecer al dictador Ligdamis, por lo que es desterrado de Halicarnaso. El futuro historiógrafo se traslada entonces a la isla de Samos. Tal vez pasara también algún tiempo en Atenas. Lo cierto es que se habla de que Heródoto volvió a Halicarnaso contribuyendo al derrocamiento del dictador.

Se dice que fue entre los años 431 y 425 antes de Cristo cuando Heródoto escribe su históriai o Historias, fruto de sus viajes y entrevistas con gentes de diverso tipo que le facilitaron una supuesta información de primera mano sobre las guerras Médicas, Egipto o las guerras contra los escitas. Fue algún editor o sabio de Alejandría quien posteriormente dividiría el libro en nueve capítulos, tal como se lo conoce hoy, en honor a las nueve Musas del panteón grecorromano.

Alrededor del 425 fallecía Heródoto, tal vez en una colonia llamada Turios, tal vez en la Pella de Alejandro I Filoheleno, tal vez en Atenas. A pesar de la polémica que le rodea sus textos siguen siendo referencia para estudiar la Grecia y Egipto de su tiempo, y junto a Tucídides marcó el camino para los historiadores que les siguieron.

Tucídides

                           Tucídides 

Nació el 460 a. C., en Antigua Atenas, Grecia.

Hijo de Igisipoli y Óloro, un aristócrata ateniense. Su familia era de los Filaidas, y pertenecían a ella figuras como Cimóno Milcíades, vencedor de la batalla de Maratón.

En el 431 a.C., tras el inicio de la guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas, Tucídides suponiendo la importancia histórica describió su desarrollo y consecuencias.

Guerra del Peloponeso

En el 424 a.C. se le designó comandante de la flota ateniense cercana a la costa de Tracia aunque no pudo llegar a tiempo para evitar la toma de Anfípolis, por los espartanos de Brásidas. Debido a ello, fue exiliado pasando 20 años fuera de Atenas, a donde regresó en el 404 a.C. al final de la guerra. 

Su obra conocida como Historia de la guerra del Peloponeso se conforma con ocho libros cubriendo tres fases del enfrentamiento: el conflicto entre Atenas y Esparta, de 431 a 421 a.C., finalizado con la tregua de la paz de Nicias; la expedición a Sicilia de los atenienses del 415 hasta su fracaso el 413 a.C. y la reanudación de la guerra entre Atenas y Esparta desde el 413 hasta el 404 a.C. La obra finaliza en el 411 a.C. Reconocido desde entonces como uno de los fundadores de la ciencia histórica y convertido en figura de la historiografía. Esta obra, que informó de su sitio de nacimiento, nacionalidad o paternidad, aún se estudia en academias militares de todo el mundo.

Demostró en sus trabajos conocimientos de ciencia política y militar. Escribió con rigor superando lo anecdótico y analizando las causas y las consecuencias de la que fue la primera guerra civil de importancia en la Antigua Grecia y del mundo occidental prolongada durante 27 años. Centrado en el aspecto marcial de la guerra, la narración se ordena cronológicamente por estaciones basándose en sus observaciones y en las declaraciones de los testigos comparando sus relatos logrando así una gran objetividad perceptiva tras confirmar sus apreciaciones por inscripciones y escritos contemporáneos.

Falleció el 396 a. C., en Tracia, Grecia


MANUEL VELÁZQUEZ CABRERA

Manuel Velázquez Cabrera. Nace en Tiscamanita, el 11 de noviembre de 1863. Su madre muere tres años más tarde. Pocos años después, s...